jueves, 13 de agosto de 2015

La necesidad de tener un equipo profesional continental vasco

Estreno este blog para explicar las opiniones que trasmití ayer en twitter tras ver la satisfacción de los integrantes de la Fundación Euskadi por el doblete de Mikel Aristi y Mikel Iturria en la última etapa y la general de la Vuelta a Toledo un año después de que la Fundación Euskadi tomara la decisión de dar un paso atrás para ser el mejor equipo élite y sub'23 en lugar de seguir en malas condiciones en la categoría continental.

Comparto que la decisión ha sido acertada porque sus corredores han competido en mejores condiciones y han disfrutado más este año que el anterior y lo comparaba, quizás equivocadamente, con lo escrito por un corredor del Murias Taldea, que trasmitía en twitter su pena porque ahora no podía tener continuidad su punto de forma alcanzado en Burgos por falta de carreras en las próximas semanas. Desde el equipo continental vasco, y ese mismo corredor y sus compañeros, defendían el calendario, que ha sido muy amplio en su primer año en la categoría, y que es mejor correr en un continental que en un élite y sub'23,

Mi opinión es que, pese a ser muy amplio para un debutante en la categoría, el calendario del Murias no es el conveniente para sus ciclistas porque en todo el año ha tenido (no queda ninguno más) 4 días de competición en Euskal Herria, otros 19 en pruebas españolas y el resto se lo ha tenido que buscar en Portugal y, sobre todo, en el calendario francés. Eso obliga en la mayoría de los casos a desplazamientos en coche de 1.000 kilómetros (y otros 1.000 de vuelta), para correr pruebas de un día que nunca se han adaptado a los ciclistas vascos, que siempre han destacado en pruebas por etapas con media y alta montaña. Con el costo de esos desplazamientos, que se comen parte del presupuesto…

Pero para mí el debate no debe ser éste, sino la necesidad de tener un equipo profesional continental vasco, lo que permitiría no solo correr Volta, Euskal Herriko Itzulia, clásica y Vuelta –35 días de competición con los World Tour sin apenas desplazamientos–, también facilita correr y,en mejores condiciones, otras pruebas por etapas. 

Pero no es un tema de calendario, sino de presupuesto. El ciclismo actual obliga a concentraciones en altura para poder competir y tener al menos un par de líderes capacitados para ganar carreras y para eso es necesario tener más dinero.

Caja Rural RGA ha ofrecido a sus corredores este año un calendario ideal, concentraciones en altura y cuatro líderes que han pasado por los equipos de la Fundación Euskadi –Omar Fraile, Amets Txurruka, Pello Bilbao y Carlos Barbero–, que han logrado 12 de las 16 victorias del equipo.

La diferencia radica en tener un presupuesto de 300.000-500.000 euros de un continental y los dos millones de euros de un profesional continental que pueda competir con un buen calendario, en buenas condiciones, con posibilidad de concentrarse en altura como los World Tour, y con corredores que puedan disputar las carreras.

Solo hay una manera de llegar a ese presupuesto para formar un equipo vasco en la segunda categoría, la misma que permitió crecer y llegar a la élite ciclista al Euskaltel Euskadi, el apoyo de las instituciones. Entre el Gobierno Vasco y las Diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa aportaron durante años 2,7 millones, 900.000 cada institución, al equipo naranja. Ahora con 1,5 millones de las instituciones y teniendo en cuenta que el PNV no solo gobierna en esas tres, también en Araba y en Nafarroa con Geroa Bai, se podría tener un equipo vasco.

Muchos se escandalizan porque se pida ese dinero de las instituciones en plena crisis para tener un equipo continental profesional vasco, pero basta compararlo con la Orquesta Sinbfónica de Euskadi. Tiene un presupuesto de 10 millones de euros, de los que más del 80% lo aporta el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, y nadie lo critica.

¿Por qué se pueden aportar más de ocho millones a la OSE y no 1,5-2 entre todas las instituciones a un equipo ciclista? ¿Por qué a un equipo ciclista y no a otro de otra modalidad deportiva?

El éxito de Euskaltel Euskadi justifica una inversión de esas características en un equipo ciclista porque ha dado a conocer este país en todo el mundo. Pero además es el único en el que se puede competir a nivel internacional como una selección nacional, una demanda que comparte la mayoría de la sociedad vasca.

El ciclismo es el único deporte en el que juntando a los mejores vascos se podría competir en la mejor liga del mundo. Ahora es utópico pensar en un equipo World Tour con los mejores vascos, porque el presupuesto sería altísimo y los ciclistas tienen contratos altos con equipos de la máxima categoría, pero sí en un conjunto en la segunda categoría.

El ejemplo del Caja Rural y las victorias de Víctor de la Parte demuestran que solo con los corredores vascos que no están en el World Tour y otro formado en la cantera vasca como Carlos Barbero se podría tener un equipo competitivo en la segunda categoría que además diera la posibilidad de competir en la élite a los mejores ciclistas del Murias Taldea, de la Fundación Euskadi, y de otros equipos aficionados como Baqué o Ampo que han realizado una gran temporada. 

Pero además un equipo ciclista vasco ha sido lo único que ha unido a una sociedad vasca dividida no solo por provincialismos, también por la política y por sus consecuencias. Por eso choca que el PNV impulse justamente el provincialismo, que haya impulsado por ejemplo de manera artificial un equipo de baloncesto en cada territorio sin jugadores vascos y sin una demanda social y haya dejado de apoyar al único conjunto que aglutinaba a la sociedad vasca y que arrastraba millares de aficionados vascos a los Pirineos vestidos de naranja. 

Y choca en la misma medida que Kutxabank sea el patrocinador principal del Athletic y el segundo de la Real, clubes que están sobrados económicamente, y no apoye un proyecto integrador después de su fusión. O que Euskadiko Kutxa patrocine al equipo de baloncesto que juega en Gasteiz mientras sufrían económicamente los que tienen su sede en Bilbo o Donostia. Y el presupuesto más bajo de los tres, el del GBC, sin patrocinador, fue la pasada temporada de 2,5 millones de euros.

Por eso, en lugar de darnos por satisfechos con tener un equipo continental con un bajo presupuesto y un pobre calendario, todos deberíamos unirnos en exigir hasta que se consiga la creación de un equipo profesional ciclista vasco en la segunda categoría. No solo los amantes del ciclismo, también todos los vascos que queremos que haya algo que nos una. 

Pero para ello es fundamental lo más difícil, la unión entre los políticos nacionalistas y entre todos los que forman el ciclismo vasco y que todos tengan claro que la prioridad es tener un equipo profesional continental vasco, por encima incluso de las carreras. 

Porque el presidente de la Federación Vasca, José Luis Arrieta, es también el máximo responsable de la entidad organizadora de la Itzulia y de la clásica e igual es necesario sacrificar la segunda, que ahora se ha quedado también sin el patrocinio de Kutxa y sobrevive solo con las instituciones, para concentrar todas las energías y el dinero en el equipo vasco, que es lo más necesario, y la Itzulia.


E igualmente es necesario que se impulse un único equipo vasco en la segunda categria por encima de las personas. Lo importante no es que lo dirija una u otra persona, que tenga bicicletas Orbea o BH, que la sede esté en Bilbo o en Arratia.

Fotos del doblete de la Fundación de Euskadi con Iturria y Aristi en Toledo de Dani Sánchez y de Ion Ander Insausti en el podio de Cholet de Murias Taldea.

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